BIENVENIDA


En este blog nos contaremos cosas de la biblioteca del cole y hablaremos de libros, vídeos, canciones y todo lo que tenga que ver con la lectura y la literatura, especialmente con la literatura infantil y juvenil. Participa con tus comentarios y sugerencias y síguenos.

NARRACIÓN ORAL

Esta página está dedicada al viejo arte de contar historias: estudios, recopilaciones, consejos, libros, festivales y otros eventos donde se cuentan cuentos.
Para empezar queremos dedicar un recuerdo a una web dedicada específicamente a la literatura de tradición oral http://www.weblitoral.com/ que ya no está disponible por falta de patrocinadores. En esta página Juan Ignacio y Ana Mª, dos compañeros maestros, habían volcado una cantidad ingente de materiales, recursos y experiencias adquiridos con el esfuerzo y la ilusión de muchos años de trabajo en la escuela y fuera de ella, en su labor docente y en sus tablas como artistas, en sus investigaciones de campo y en sus paseos por el monte. Quienes hemos tenido la suerte de compartir con ellos una parte de su empeño hemos podido beneficiarnos de su inmensa capacidad de trabajo y entrega y confiamos en que la miopía educativo-cultural de nuestras administraciones e instituciones diversas pueda corregirse para poder recuperar esta página y sus autores ver reconocido su trabajo.


Un artículo de Pablo Albo que invita a todo el mundo, especialmente madres, padres, abuelas y abuelos a convertirse en narradores de historias:


Para que padres y madres no dejen nunca de contar cuentos.
(ni los abuelos, ni las abuelas, ni los tíos, ni las tías...)
CONTEMPORÁNEA. Revista grancanaria de cultura nº2.
Ñaque nº45. Junio-septiembre 2006
      Cuentan que existe el peor narrador del mundo. No se sabe si es hombre o mujer, ni dónde vive, ni cual es su edad, pero se tiene la certeza de que está entre nosotros.

      Dicen, además, que hay un cuento que es el peor cuento. También se ignora todo sobre él, salvo una cosa: se sabe que una noche llegó a los labios de la persona que peor narra.

      Quizás parezca que semejante combinación provocó grandes catástrofes, que hizo daño a quienes llegaron a escucharlo... pero no fue así.

      Saben, la persona que escuchó el peor cuento del mundo de boca del peor narrador del mundo durmió tranquila, soñó muchas cosas y al día siguiente lució una gran sonrisa mientras, en el recreo, le decía a un compañero: “Anoche, mi padre me contó un cuento”.


Podría pensarse que los niños que escuchan cuentos de la voz de un narrador ya tienen suficiente, pero no es así. Es cierto que, con nuestras historias, los profesionales intentamos hacer disfrutar a vuestros hijos, que se rían, que sientan, se emocionen y piensen. Eso es necesario. Pero los cuentos que de verdad importan, esos que guardarán como un tesoro, aquellos que recordarán toda la vida, ésos sólo podéis contárselos los padres y las madres. Y eso es imprescindible.

     Cada vez es menos necesario decir estas cosas. Lo sé. Sé que día a día aumenta el número de personas que encuentran un ratito para dedicar palabras a sus seres queridos. Pero quizás haya todavía alguien atrapado por los interrogantes: ¿Dónde?, ¿cómo?, ¿cuándo? No somos dueños de las respuestas pero podemos dejarle aquí unas orientaciones, por si pudieran ayudarle.

¿Dónde?
   La narración es intimidad. Elige un sitio donde puedan tener lugar las confidencias. Un sitio recogido para bajarnos de este mundo tú y yo, sin darnos cuenta, montar en otro y volver luego.Narrar es viajar con alguien a quien aprecias.
   La narración es construir un mundo cada vez. Cada cuento contiene un universo por piezas que quien escucha monta, siguiendo las instrucciones de quien habla, mientras a su vez, también anda en lo mismo, aunque de otra manera.
   Para eso hace falta concentrarse. Sin darnos cuenta, estamos pendientes de tantas cosas al escuchar…
   Mejor un sitio donde podamos concentrarnos y seguir la acción observando los matices de lo que pasa.
Que no nos moleste nada haciendo ruido.
Que no   haya una televisión de fondo, que se pone celosa y nos llama la atención para que la miremos a ella.
Que no haya gente pasando. Si no estamos solos, los secretos no son secretos.
Que estemos cómodos. Que el cuerpo no ande pensando cómo ponerse porque se le duerme una pierna o el culo se le pone frío porque está en el suelo.
  
¿Cuándo? 
   Cuando venga bien y tengamos ganas, como hacen los dioses para inventarse la vida. Cuando apetezca a quien va a contar y a quien va a escuchar. No se puede obligar a nadie a disfrutar de algo.

   Podemos preparar el cuerpo para el acontecimiento. Podemos hacer algo que le diga “abre las orejas y relaja los músculos que viene el cuento”.
   Puede ser algo tan simple como encender una vela o elegir un momento del día.
   (Ah, y no olvides que a los adultos también nos encanta dormirnos escuchando los cuentos de alguien que nos quiere)

¿Cómo?
Como quieras. Cada persona tiene un narrador dentro que es de una manera. No hay dos iguales. Hazlo a tu manera. Narrar siempre es ser uno mismo, con su mirada, con su voz y con su cuerpo. “Ya, pero ¿cómo?”. Vamos por partes:

LA MIRADA
La narración es sinceridad. La mirada nos une y nos conecta. Por eso es importante mirar a los ojos a quien contamos el cuento. Una mirada tranquila, sin violencia, amable, que invita, que acoge y que dice “estoy aquí, contigo” y también “es una persona quien te habla”, “una persona que te reconoce como persona”.
  
LA VOZ
Además de lo que decimos es importante el cómo lo decimos. Un tono monótono suele aburrir y hace perder el interés, pero nuestra voz puede huir del blanco y  negro y llenar de colorido cada palabra.. Narrar es sorprender.
Simplemente con vivir con intensidad lo que decimos, iremos aplicando sin darnos cuenta variaciones en la voz. Hablamos deprisa cuando nos referimos a situaciones de peligro y más lento cuando damos las indicaciones para llegar hasta el tesoro. Gritamos, por ejemplo, cuando nos cayó un cuchillo en el pie. Y hablamos bajito bajito para no despertar al ogro que duerme. Variamos el tono según lo que decimos y así, expresamos urgencia o tranquilidad, resultamos imperativos o conciliadores.

La voz no se compone sólo de palabras. También los silencios cuentan el cuento. Juega con las pausas, experimenta. Son el espacio en el que resuena el eco de nuestras palabras. Narrar es hacer pausas. Cuando veas que cabe, calla por unos instantes y observa. Narrar es observar.

EL CUERPO
Nuestro cuerpo tiene un poder expresivo grande. Tanto que una sobrecarga de gestos, en vez de ayudar, puede enturbiarnos la historia.
No te fuerces demasiado. Es mejor ser natural que estar pendiente de moverte mucho tratando de “hacerlo muy bien”. La narración es naturalidad. El cuerpo conoce perfectamente su lenguaje. Las personas, no tanto. Por eso no debemos decirle al cuerpo lo que debe hacer, él ya lo sabe. Lo mejor es liberarlo, soltarle las riendas con las que lo atenazamos porque le tenemos miedo (recordemos que fue un caballo salvaje) y dejarle a él hacer, y disfrutar del espectáculo del que, además estaremos siendo actores sin tener que esforzarnos porque el trabajo lo hará él. Veremos como, sin esfuerzo alguno, las manos nos vuelan dibujando en el aire, o convirtiéndose en cosas; cómo las emociones se nos ven perfectamente en la cara aunque no nos demos cuenta; cómo agarramos, aunque no pensábamos hacerlo, a la princesa con los dos brazos para que no se escape y luego abrimos la boca hasta casi descoyuntarnos pensando en el dragón que se la come. 

  Bien, ahora que sabemos que la narración es intimidad, es viajar, es construir un mundo, es ser uno mismo, es sinceridad, es sorprender, es observar, es hablar y también callar, es naturalidad,  podemos decirlo: La narración es sobretodo una actividad placentera. Por favor, cuando contemos cuentos que sea por placer. Olvidemos otras secretas intenciones. Es cierto que los cuentos, además de encandilar, animan a leer y enseñan y educan y tantas otras cosas, pero eso ya lo hacen ellos solos, nosotros sólo tenemos que estar pendientes de DISFRUTARLOS. Por encima de todo la narración es disfrutarnos.

(Este artículo ha sido elaborado a partir del dossier que Pablo Albo entrega a los asistentes a su taller “Aprende a contarme un cuento. Curso para padres y madres”)
A lo largo de todo el año se celebran en toda la geografía española eventos en los que los cuentos narrados tienen todo el protagonismo. Y estas dos imágenes corresponden a dos de ellos especialmente significativos para quien escribe. Están a la vuelta de la esquina, en cualquier rincón de la ciudad podrás escuchar aquella fórmula mágica del Había una vez... que nos traslada inevitablemente a un no tiempo y un no espacio y nos muestra la sabiduría acumulada por la especie humana hecha poesía. No dejéis de visitarlos si tenéis la oportunidad.

Trataremos de ir dando cabida en esta página a todos aquellos festivales y acontecimientos en los que los cuentos contados sean lo primordial o tengan una presencia importante.

Mientras tanto podemos visitar otros sitios en los que se habla de la Narración Oral
































Y ahora otro artículo con chicha, la autora es Eugenia Manzanera, que además de contar para públicos de todos los pelajes y edades, nos sorprende de vez en cuando con sus coplas., un gustazo escucharla haga lo que haga.

Contar para bebés

23 May 2011
Contar para bebés
Todos nos hemos visto intimidados en un ascensor por la mirada de un bebé, ¿o no?
Te mira sin parar de chupar su chupete o sin dejar de mover su pie dando golpes rítmicos sobre la sillita de paseo, o te mira con esa cara de “nada” que te hace dudar de todo. Es una sensación extraña, es como si te estuvieran desnudando el alma, como si adivinaran algo oculto de nuestro ser.
Los bebés son los reyes de la sabiduría. Según dicen, nuestra especie en cada generación mejora, así que los bebés son mejores que nosotros. Nosotros, pobres mortales que nacimos más sabios genéticamente que nuestros padres, pero somos menos sabios que nuestros hijos o sobrinos o ese niño del ascensor, compartimos el mismo mundo pero ¿el mismo universo? Partiendo de este punto, desde esta mirada, podemos plantearnos trabajar, crear, contar… para bebés. Porque los bebés sí que se enteran, los bebés saben de poesía, saben de ritmo, saben lo que hay más allá de las formas, su universo no tiene fronteras, es después, cuando no paramos de ponerles trabas, normas, muros, culpas… es después, cuando el ser humano pierde la espiritualidad por aprender dogmas de fe y no nos enteramos de las cosas…
Para contar a bebés hay que ser sincero con uno mismo, respirar tranquilo, no sentirse con ganas de huir si algún llanto inunda la sala… (ese llanto puede ser: por un gassssssssss, la dentición, un mal dormir, que el bebé se sienta melancólico, que le asuste ese gentío, que no le guste el espacio…, no te sientas un contador -monstruoso).
Para contar a bebés hay que entrar en su tempo de caracol, sin prisa pero sin pausa, aceptando que llueva o haga sol, que sea lunes o domingo… no pasa nada y pasa todo. Sorprenderse con el auditorio, divertirse, jugar y por qué no, también llorar. Aunque tengo que decir que sentir la carcajada de un bebé cuando estás contando, para mí es un regalo de los dioses, un maná… qué digo maná, es un manamaná tuturuturuuu.
Para contar a bebés hay que desempolvar la intuición y poner la empatía a máxima potencia.
Como siempre, tenemos que tener de cómplices a los padres o a los educadores, según sea el caso. Son su referente, si un niño ve a su madre, padre, abuela, educador… mirar tranquilo al cuentista, él estará tranquilo. Si un padre entra en la sala diciendo “bueh, éste no sé yo”, pues “malament” empezamos. Por eso es importante una pequeña charla, pequeña, antes de entrar al espacio donde se va a contar, y dar confianza a los acompañantes, decirles que respiren, que no quieran que su hijo sea el que mejor se porte y que tampoco pretendan obligarle si no tiene el día (porque un niño que se levanta y corre por la sala es un movilizador de masas que ya quisieran los que organizan manifestaciones). Decirles que enciendan el sentido común y si ven que su hijo molesta que se lo lleven fuera (sí es un horror, a veces se piensa: vaya, no pude contagiarle con mi estupenda contada, pero no os lo toméis a pecho, tal vez quiera pecho, o es más interesante disfrutar de unos pasos, ahora que ya ha conseguido mantenerse en pie, que estar en un sitio cerrado).
Es importante el ritmo, la musicalidad, los silencios, las miradas, contar con todo tu ser… pero yo me pregunto ¿acaso estas cosas no son importantes siempre?, ¿acaso no es así como se cuenta a todo tipo de público? Independientemente de la edad, hay públicos que son un “en-canto” y otros que son un poco “en-canto-piedra” ya lo sabemos.
Es mejor no sobrepasar los 30 minutos, es más, mejor no llegar a ellos… y yo me pregunto de nuevo ¿acaso no está estudiado que el “homo-a” adulto-a tiene unos 20 minutos de atención plena? No son tantas las diferencias como a priori podíamos pensar, las hay, claro, igual que las hay entre contar para adultos y para niños. Lo que sucede con los bebés es que la energía es diferente y que te ven por dentro. También hay públicos bebés buenos y no tan buenos, bebés demasiados motivados, muy nerviosos, etc., pero si mantienes la confianza todo irá mejor, ¿y no es así siempre, cuentes a quien le cuentes?
Y sobre todo y ante todo no caigáis en lo ñoño. Ser ñoño… ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!! No por favor. Naturalidad, sinceridad, veracidad…. y me vuelvo a preguntar ¿a quién le gusta que lo traten con ñoñería? Algunos dirán: a los tontos, pero mira, yo soy un ratico tonta y tampoco me gusta. Tengo que añadir que hay gente que es ñoña de natural y yo me aventuro a decir que si es de natural pues será sincero, no chirriará.
El espacio es fundamental, tiene que ser cálido, sin demasiado calor, acogedor, que dé “buen rollo” (sí, ”eso” que sentimos cuando buscamos casa , ya sabes: algunas aunque no estaban mal de precio y estaban bien situadas… pero como no daban buen rollo nunca las alquilamos o las compramos). A veces, desgraciadamente más veces de lo que a nuestro ánimo le gustaría soportar, los espacios son vacíos, fríos de espíritu, casi morgues (son mortales, es verdad).
Yo aconsejo llevar algo que envuelva, que suavice la sensación de frialdad, puede ser una tela, algo escenográfico o una música, un instrumento, una luz cálida (odio los fluorescentes) algo que sea “casa”, porque les invitamos a entrar en nuestra casa imaginaria llena de historias que les hemos preparado para ellos, y como somos buenos anfitriones queremos que estén cómodos. ACABAN DE SALIR DE UNA CASA MUUUY CONFORTABLE, NO LO OLVIDÉIS.
Colocación: sobre esto aún estoy investigando… Tienen que tener buena visibilidad, eso es fundamental. Normalmente esto es lo que sucede: si van con padres, cada niño se sentará con su progenitor, y los niños de la segunda fila no verán, los mayores no les dejarán ver. Lo ideal sería poner gradas: primera fila en el suelo, segunda en grada y tercera, si hiciera falta, en una grada más alta. Esto sería lo ideal pero nos encontramos con problemas de tipo económico “¿de dónde saco yo money para comprar gradas y llevarlas de un sitio a otro?, porque ya parece demasiado que te contraten para contar a bebés” como para pedir “graditassss…” pero es importante al menos decirle a los organizadores cuál sería el espacio ideal.
Número: lo ideal sería 30 niños (nunca más de 40), con su acompañante, 1 niño-1 adulto. Si entran dos adultos por niño pues serían 30 niños y 60 adultos… ¿¡ pero no era una contada para bebés!?
Además, si entra mucho adulto aquello se convierte en: “¡ ay mira que carita, hazle una foto!”, (porque también hay que tener en cuenta lo bobos que nos ponemos los padres con nuestros retoños).
Como somos ya mayorcitos y nos encanta ser PEDAGÓGICOS y nos exigen serlo también, crearemos una sesión de cuentos para que todos se queden tranquilos, los papis, las educadoras… vale, está bien, está genial, jugamos con formas, colores, hábitos de comportamiento…. Pero pensad a la hora de preparar vuestra sesión en el bebé que todos hemos sido, en ese espectador que todos llevamos dentro, en ese espectador que sin pasar por la razón, sabe si el espectáculo que está viendo le lleva a otros mundos, si le mece, si lo mueve, si conecta con él. Yo creo que cuando las cosas están hechas con sinceridad, con placer y con cariño algo llega, nada muere, algo crece. Y el bebé, más que otro público, lo sabe. Aguántale la mirada al bebé del ascensor hasta el séptimo piso sin que te produzca sudor… y ahí lo tienes.
Y recuerda que nacemos poetas
“yo,
nací al mundo con pelo, con llanto…
reí y me hice luz
porque supe,
mientras llegaba,
que nacer
es una poesía”
Eugenia Manzanera
Calalberche 23 de mayo 2010

 EL FEST
Y a propósito del FEST incorporamos a esta página el enlace al blog de Pep Bruno, un narrador de Guadalajara muy vinculado al Maratón de los Cuentos de aquella ciudad, que además transita por otros caminos de la literatura, como escritor y como editor de libros y cuentos de narradores orales


Suyo también es el trabajo que enlazamos a continuación, una historia de cómo la narración oral se ha convertido en un arte y un oficio en nuestro país. Y un montón más de información relacionada con todo este mundillo.

Y a continuación dos enlaces para escuchar y ver a narradores orales profesionales y de reconocido prestigio. ¿Os suenan algunos?
http://www.elriu.com/web2009/esp/canalnarradoresesp.html
http://www.youtube.com/results?search_query=canal+narradores&aq=f
Muchos están repetidos pero a veces se ve mejor en una página que en otra. ¡Ale! ¡a divertirse!

DE NARRACIÓN ORAL
Un proyecto del polifacético Darabuc para estar al día en todo lo relacionado con el oficio de contar y sus protagonistas
http://denarracionoral.blogspot.com/

LA REUTILIZACIÓN DE LA NARRACIÓN ORAL COMO PRÁCTICA CULTURAL A PARTIR DE DOS EJEMPLOS: EL MARATÓN DE CUENTOS DE GUADALAJARA Y LA APARICIÓN DE LOS NARRADORES ORALES PROFESIONALES
Hace unos cuantos meses Jesús Sanz Abad, antropólogo social de Guadalajara, entrevistó a unos cuantos narradores para la realización de una ponencia que fue impartida en un XIII Congreso de Antropología organizado por la Universidad de León en el mes de septiembre. El texto ha salido publicado en las actas del congreso: Lugares, Tiempos, Memorias. La Antropología Ibérica en el siglo XXI, aquí podéis ver la ficha exacta:
SANZ ABAD, Jesús (2011) “La reutilización de la narración oral como práctica cultural a partir de dos ejemplos: El Maratón de Cuentos de Guadalajara y la aparición de los narradores orales profesionales” en DÍAZ, L., FERNÁNDEZ, O. y TOMÉ, P., (coords.) . Lugares, Tiempos, Memorias. La Antropología Ibérica en el siglo XXI, Universidad de León, León. (publicado en CD-Rom). Pp. 2807-2818. ISBN 978-84-9773-583-4.

http://www.pepbruno.com/documentos/articuloSanz.pdf




Ya habíamos comentado aquí esta iniciativa, pero os dejamos ahora además un enlace para ver las ediciones anteriores de la revista. Una publicación de Tantàgora Serveis Culturals dedicada a la narración oral, a los cuentos, a los narradores. Éste es el nº de 2010, pero podéis consultar los otros aquí




Y a partir de noviembre 2011 contamos también con